“Mi hijo no tiene una vida normal:
por la noche se rasca,
durante el día se duerme porque está totalmente agotado. Me siento
impotente al no poder hacer nada para que mi hijo tenga una infancia
feliz.”*
El sistema inmune de una persona con DA está hiperactivado y reacciona ante cualquier sustancia irritante o que pueda causar una reacción alérgica. Esta reacción puede causar un exceso de inflamación debajo de la piel que a su vez provoca con frecuencia brotes. Las rojeces en la superficie de tu piel son solo los signos visibles de esta enfermedad inflamatoria presente en tu cuerpo.
El rascado, y no el picor, es lo que daña la piel. Cuando la piel te pica, tu cuerpo responde con el rascado de manera inconsciente y condicionada por la respuesta. Rascarse es un comportamiento humano que hemos aprendido para aliviar el picor y rápidamente lo adoptamos como una respuesta automática, incluso en bebés. Una vez comienzas a rascarte, es difícil parar y con ello comienza el ciclo de picor-rascado.
Haz clic en el centro de la rueda las veces que quieras, para conocer las 4 etapas del ciclo de picor-rascado y descubrir sus características.
En pacientes con DA, las células inmunitarias de las capas profundas de la piel envían señales inflamatorias a la superficie, provocando la erupción cutánea visible y la sensación de picor.
El rascado producirá una rojez o puede que la piel se vuelva más oscura de lo habitual. La irritación y erupción pueden producirse con este rascado y si el rascado continua, la piel se rompe y sangra.
Como respuesta a estos agentes invasores, el sistema inmunitario sigue enviando señales a la superficie, empeorando cada vez más el picor y el eritema.
Al incrementarse el rascado, se deteriora más la barrera cutánea que tiene como función proteger tu piel. De esta manera, se perpetúa el ciclo de picor-rascado.
Cuando una persona lleva rascándose durante un largo periodo de tiempo sobre la misma zona, la piel comenzará a endurecerse. Este fenómeno se llama liquenificación. La piel tiene aspecto de cuero y puede tardar semanas o incluso meses en volver a tener el mismo grosor de siempre. La liquenificación provoca que la piel se oscurezca o se vuelva más pálida. Esto se aprecia con mayor frecuencia en personas con un color de piel más oscuro. Aunque pueda tardar meses, las placas de color oscuras o pálidas volverán a su color habitual. En ocasiones, cuando el rascado ha sido muy intenso, las capas más profundas de la piel, llamadas dermis, se dañan y es entonces cuando aparecen las cicatrices.
Siempre provocará picor. Es por ello que evitar una piel seca se convierte en la primera de las medidas para abordar el picor. Una piel con eccema tiene una barrera cutánea defectuosa que da lugar a una pérdida de agua a través de la piel. Esta se incrementa durante la noche haciendo que el picor sea más insoportable que durante el día.
Los cambios de temperatura a menudo pueden causar sensación de picor en la piel. Algunas situaciones en las que la piel experimenta dichos cambios son al acostarse o al cambiarse de ropa. Los cambios de temperatura ambiente, como cuando entras en un espacio con calefacción después de haber estado caminando en un día frío de invierno, también pueden causar picor, al igual que el aire seco y caliente de los días de verano, junto con la transpiración.
Es un irritante habitual de las personas con DA, que a menudo sienten que se rascan más después de practicar deporte.
La transpiración puede llegar a convertirse en un problema, sobre todo para los niños que realizan más ejercicio al jugar en su tiempo libre.
El sobrecalentamiento nocturno es característico en niños y puede ser problemático por provocar falta de sueño en los afectados y sus familiares. Aplicar cantidades exageradas de emolientes también puede provocar un sobrecalentamiento corporal al bloquear los poros de la piel. Para evitar el sobrecalentamiento es importante controlar la temperatura ambiente de los espacios, como el dormitorio y el baño, intentado que no supere los 18 oC.
Los materiales de algunas prendas pueden ser irritantes para la piel. Por ejemplo, los materiales sintéticos tienden a provocar calor corporal, lo que puede acabar en sensación de picor. Cuando sea posible, escoge algodón 100 % y vístete con capas finas para evitar el sobrecalentamiento.
Muchas sustancias, como fragancias, jabones y detergentes, pueden irritar la piel y provocar su rascado. Varios de los productos que usamos para limpiar la casa o durante el trabajo también pueden ser irritantes.
No todas las personas con DA son afectadas por los mismos alérgenos y la mayoría conoce qué sustancias afectan su piel por prueba y error. Alérgenos como el polen o la caspa de mascotas pueden empeorar el rascado. Ciertas sustancias químicas que entren en contacto con tu piel o alimentos que ingieras también pueden ser problemáticos.
Situaciones estresantes pueden tener un efecto negativo en el rascado. Rascarse en respuesta a ciertos sentimientos es muy común, y para los niños, además, el cansancio puede hacer que el eccema empeore.
La información médica aquí contenida se proporciona solamente a efectos
de formación general.
Los profesionales sanitarios constituyen la mejor
fuente de información en relación a la salud.
Te recomendamos que
consultes a un profesional sanitario si tienes dudas acerca de tu salud
o tratamiento.
DA: dermatitis atópica.
*Testimonio de familiar de paciente real con DA proveniente de: https://www.midermatitisatopica.es/historias-con-luz/. Último acceso: enero 2023.
